Me enamoré una vez en el pasado.
Sentimentalmente nuestro por ahora es el vino que el olvido no ha destruido.
Cuando la tormenta me traiga a tu orilla, serenamente, ya estaré dormido.
Súbitamente llega perdido, sin avisar, un recuerdo entrometido. Un recuerdo mojado de una tarde futura, de tu pelo en mi mano.
Tienes razón.
Para qué contar el tiempo que nos queda, para qué contar el tiempo que se ha ido.
Hoy es un regalo y es presente, mitad abierto, mitad dormido.
Verión libre